miércoles, 8 de julio de 2009

¿Por qué saber de publicidad?

Todos los días, alguien me pregunta por qué sería importante saber sobre publicidad. Creo que es algo que todos deberían entender por las siguientes razones:

En un día, estamos expuestos a 3.000 avisos publicitarios aproximadamente. La publicidad está en las calles, en la televisión, en los diarios, en internet, en el teléfono, en la radio. Y, como si no fuera poco, una parte importante es sigilosa, como la que vemos en las películas, el llamado “Placement” (vamos, ¿nunca se han cuestionado por qué un personaje se viste con determinada marca de zapatillas?), el cual es casi imperceptible para nuestra conciencia.

A medida que el modelo económico de libre mercado se ha expandido, la técnica de mercadotecnia llamada publicidad ha crecido con éste. El día en que los productores decidieron imprimir su sello en los productos, y vimos una gama infinita de marcas, fue necesario hacer que las personas, de alguna manera, escogieran comprar una y no otra. Allí nació la publicidad tal y como hoy la conocemos, a fines del siglo XIX, en forma de una técnica especializada en atraer clientes, mezclando disciplinas como la psicología, la sociología, la antropología, la economía y la estadística para ello.

Cuando vemos una marca, no ves sólo un buen logo. Vemos imágenes, valores, actitudes y formas de afrontar la vida en ella. Vemos que para Adidas “nada es imposible”, para Calvin Klein, el hombre debe estar bien formado, debe ser enigmático e intenso. Para MTV, hay que ser vanguardista e irreverente. Para ciertas marcas de alimentos, la familia, la mesa, lo es todo, y por eso sus productores intentan vender una imagen tradicionalista en sus comerciales. Así es como funciona. No sólo compras un producto, compras la identidad de éste, pues se identifica con la tuya. Compras zapatillas Adidas porque para ti también “nada es imposible”, entonces piensas que con ellas correrás sin límites. Compras pavo Sopraval no sólo por su sabor, sino porque es un pavo que reúne a la familia.

De esta forma, vemos que la publicidad en sí, rige gran parte de nuestro día. Las personas que vemos caminar con determinados estilos de ropa, hacen una publicidad inconsciente a todas esas marcas. Quienes quieran verse así, sentirse como ellos, compraran la misma ropa. Nadie está exento a estos estímulos constantes, porque el sistema en el que vivimos necesita de la publicidad para subsistir. La política, la religión, la economía, los deportes y la cultura son hoy, mucho más que ayer, usuarios de esta técnica para promover sus ideas.

Mi pregunta es la siguiente: ¿Cómo a alguien puede no importarle lo que es la publicidad?.

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