martes, 25 de agosto de 2009

Los hombres viudos

En mi familia siempre ha existido la idea de que es mejor que, en un matrimonio de edad, muera el hombre primero. Esto se debe más que nada a que si mi abuela se muriera antes que mi abuelo, este último no dudaría una semana sin suicidarse.

Hoy leí que, cuando un hombre queda viudo, tiene 6 veces más posibilidades que una viuda de contraer el síndrome del corazón roto (morir de pena), dándome a entender que la creencia de mi familia no está tan errada.

Me imagino que el hombre, al tener una mente más funcional y dirigida que la mujer (que es detallista y abierta), al enamorarse, asume a esta mujer como alguien fundamental en su vida y en sus proyectos, una base importantísima. De hecho, hay teorías que afirman la idea de que todo lo que hace un hombre en su vida es para atraer e impresionar a una mujer. En este sentido, la fémina es el centro de toda la vida del hombre, y cuando éste encuentra una a cual amar, esta mujer en especial entra en un altar (por mucho que con sus pares se regodeen de que no están ni ahí y todo ese blabla tan evidentemente cínico). En cambio, la mujer, que tiene un cerebro con mayor tendencia a la multiplicidad de tareas (pueden hacer 9 cosas a la vez), también debe influir en que la nivelación de sus prioridades (carrera, marido, hijos, casa, por ejemplo) no es tan extrema como la de un hombre, o sea, que cuando una prioridad desaparece, al encontrarse a un nivel similar con las otras, su carencia no resultará vital y no impedirá concentrarse en las demás (si muere el marido, podrá seguir siendo madre y profesional sin ningún problema). En cambio el hombre, al ser más estrecho y desigual, al perder su prioridad fundamental, que es la mujer, cae en un abismo profundo porque siente que todas las otras partes de sí mismo carecen de sentido.

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